Si hay algo que está claro en este nuevo paradigma digital es que las antiguas fórmulas del marketing digital están rotas.
(O ya no funcionan cómo antes).
Y es que el contexto económico después de la pandemia ha cambiado.
Mira.
Si has echado un vistazo ahí fuera, te habrás dado cuenta de que estamos viviendo un tsunami de nuevos creadores digitales:
Ahora cualquiera vende un curso que promete transformarte la vida en 3 meses y facturar millas de euros de la noche a la mañana.
En fin.
Que las promesas infladas y los contenidos de dudosa calidad han desatado el escepticismo de los compradores .
Ya nadie saca la tarjeta alegremente para comprar un curso, para contratar una membresía o una mentoría premium.
Ahora, conseguir clientes para tu negocio digital es el triple de complicado.
Aunque todos los días, ilustres “expertos” digitales surgidos de nadie sabe dónde, intentan convencerte para comprar su Método Único y lograr lo que tú seas que anheles.
A lo que voy.
Es un hecho: la toma de decisión de los compradores se ha alargado .
Y como consecuencia muchos emprendedores malviven rascando clientes cada mes para llegar a los objetivos que se han propuesto con sus negocios.
Entonces, si ya nadie cree en la formación, (y aquí viene la pregunta del millón):